Nació en Broadstairs (Reino Unido), el 29 de marzo de 1936, y murió en Nueva York (EE UU), el 24 de diciembre de 2012. Compositor que aunque tuvo destacadas apariciones en el cine, con trabajos con cineastas de primer nivel, fue enormemente apreciado como concertista y compositor de óperas y sinfonías. Por si fuera poco, también fue un magnífico pianista de jazz. Creció influido por sus padres, ambos artistas, especialmente su madre, que fue pianista formada por Gustav Holst. El futuro compositor estudió en la Royal Academy of Music, donde empezó a dar muestras de su talento, para posteriormente dar el salto a París donde aprendería bajo la tutela de Pierre Boulez y sus teorías vanguardistas de composición. Pronto comenzaría a crear sus propias composiciones orquestales, siempre elegantes y a las que iría añadiendo toques personales e innovadores.

Al mismo tiempo, empezó a trabajar también en la televisión inglesa, componiendo temas para diversas series y telefilems al mismo tiempo que seguía su maduración como músico investigando y escribiendo música para óperas, ballet y orquestas de cámara. Interpol (57), una muestra de cine negro a la inglesa, fue su debut en el cine, y sería en la cinematografía británica donde realizaría casi en exclusiva su carrera. Bennett afianzó su carrera como compositor de cine, siempre a medias con la de compositor en otros campos, en casi todo tipo de género, donde creaba bandas sonoras elegantes y magníficamente orquestas. Comedias como Only Two Can Play (62) o Heavens Above! (63), películas de terror como The Devil´s Own (66) o de intriga como The Nanny (65) convertirían a Bennett en un primera espada de los compositores del cine británico. Nunca dio un auténtico salto a Hollywood y a las producciones americanas, pero sí que se ganó la atención más allá de Inglaterra con su primera nominación al Oscar por Far from the Madding Crowd (67) una composición refinada y hermosa, con melodías típicamente folk y pastorales reunidas bajo un tema principal de excepcional belleza.

El compositor proseguía su carrera en títulos de más prestigio, siempre saltando de género y demostrando su versatilidad al mismo tiempo que paralelamente desarrollaba una carrera formidable como concertista. La década de los 70 sería la más productiva y exitosa para Bennett. Trabajó como directores de la talla de Joseph Losey o Robert Bolt (en el primer trabajo del guionista preferido de David Lean como director, Lady Caroline Lamb), pero sería especialmente con dos cineastas donde cosecharía sus mayores triunfos. En primer lugar, Bennett fue elegido por Franklin J. Schaffner, en lugar de su habitual Jerry Goldsmith, para la monumental superproducción que iba a rodar sobre la Revolución Rusa y los últimos años del zar Nicolás II y la zarina Alejandra. La parte musical fue de los aspectos más alabados de Nicholas and Alexandra (71), y Bennett sobresalió con una composición entre solemne y afligida, recreando y enmarcando aquellos turbulentos años y creando una partitura elegíaca con poderosas melodías. Nueva nominación al Oscar y nuevo triunfo para el compositor.

Y casi a continuación, trabajó en la que quizá sea la obra más famosa de su filmografía. Sidney Lumet, que estaba en todo lo alto en aquella década, se encargó de adaptar todo un clásico de la literatura de misterio como es Murder on the Orient Express (74) y confió en el músico para dotar de misterio e intriga el argumento de Agatha Christie. Bennett sorprendió a todo el mundo con una música que se alejaba de lo habitual en el género del suspense, con un tema principal de aires alegres y despreocupados, en claro contraste con la propia historia, además de sucesivas melodías y temas secundarias que sí incidían más en el propio misterio. Con una obertura fantásticamente orquestada y diversos motivos variados,  volvió a triunfar aunque descolocara a muchos con su audaz música y su aplicación en la película. Su tercera nominación al Oscar indicaba que estaba en lo más alto de su carrera como músico de cine. El compositor volvió a trabajar con Lumet en la adaptación de la obra teatral Equus (77), y cerró su espléndida década con trabajos para William Friedkin (The Brink's Job) y John Schlesinger (Yanks). Y por si fuera poco, en 1977 fue nombrado Comendador de la Orden del Imperio Británico.

En los 80 su relación con el cine comenzó a decaer, y aunque dejó algún trabajo relevante como The Return of a Soldier (82), dedicaría su tiempo principalmente a sus labores en óperas y ballets, cosechando críticas positivas. Puntualmente colaboraría en televisión, componiendo música para series y telefilmes británicos como Tender is the Night (85) o The Charmer (87). Con la llegada de los 90, Bennett prácticamente se dedicaba ya solamente a su labor como concertista, pero un joven cineasta llamado Mike Newell le convenció para que volviera al cine y compusiera la música de una de sus primeras películas. Así, el músico compuso música para Enchanted April (92) y para Four Weddings and a Funeral (94), uno de los grandes éxitos de aquel año. Bennett demostró tablas y experiencia en ambos trabajos, dotando a las películas de elegantes melodías y toques de comedia. En 1998 la Reina Isabel II le nombró caballero del Imperio Británico, y el compositor se dedicó a partir de entonces exclusivamente a labores orquestales hasta su fallecimiento, en 2012.

Bennett no es un compositor de los más recordados o venerados hoy en día, especialmente porque jamás salió de las producciones británicas y nunca entró en la industria hollywoodiense, y porque siempre llevó en paralelo una carrera como director y compositor de orquesta que ha sido siempre tan valorada e incluso más aun que la de compositor de cine. Con todo, pocos músicos pueden presumir de haber logrado dos obras tan ricas, elegantes y poderosas. Richard Rodney Bennett fue un compositor nato, y el cine tuvo la suerte de haber podido contar con él, por breve que fuera su carrera.

(Isaac Duro)