La vida de John Merrick, un joven que, en el Londres de finales del XIX, sufrió un terrible proceso de malformación que hizo que se le conociera como “El hombre elefante" y fuera exhibido como una bestia en un circo.
Imponente creación en la que el compositor escribió dos temas musicales para el mismo personaje: el primero, la música para la bestia, tal y como los demás lo ven, y en contraste la música para John Merrick, el ser humano frágil y sensible que existe bajo la horrible apariencia. El primer tema es apagado, circense, peripatético e intensamente dramático. Conoce transformaciones que son cada vez más degeneradas. El segundo es una suerte de adagio, hermoso y sentido. Iba a ser el tema principal, obviamente, pero David Lynch decidió imponer en la escena más determinante la música de Samuel Barber Adagio para cuerdas, y lo estropeó todo.
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