Vivimos en un mundo donde muchos construyen y unos pocos solo destruyen. Iba a dedicar este editorial a festejar los diez primeros años de la ingente labor que a favor de la música cinematográfica mantiene el sello discográfico sueco MovieScore Media (con Mikael Carlsson al frente), pero los atentados terroristas de ayer y de esta madrugada en Barcelona y en la población tarraconense de Cambrils han sembrado mucha desolación en un día que debía ser de celebración.
Hoy es un día fatal. Da igual la ideología, el color de piel, el lugar de nacimiento o residencia, el sexo o la orientación sexual, los sentimientos religiosos o la falta de ellos... también da lo mismo si es en Barcelona, en París, en Bagdad, Damasco o Tokio. Los muertos por la intransigencia, el odio, por aquellos que de tanto amar a su Dios dejaron de amar a las personas son igualmente importantes. Ciertamente -creo que es comprensible- se siente de modo diferente si toca en un lugar que es el tuyo, el sitio en el que vives y que tanto quieres. Yo soy barcelonés de nacimiento y de vocación, amo esta maravillosa ciudad mediterránea llena de color, de vida y de cultura. Y la Plaça Catalunya y las Ramblas han sido escenarios de miles de paseos, de charlas, de encuentros y hasta de algún que otro romance. Vivo a apenas 20 minutos andando o a tres paradas de metro de estos lugares emblemáticos que durante las 24 horas del día y los 365 días del año son absolutamente cosmopolitas. Y es devastador que en lugar de las eternas palomas y flores hoy haya sangre. Hoy es un día en el que las emociones son difíciles de gestionar. Pero mañana ya no. A pesar de todo vamos a celebrar pues esta es la actitud y la contribución que podemos hacer -con toda la modestia y humildad- para que los que han intentado destruirnos comprendan (si tienen esa capacidad de razonamiento) que siempre nos reconstruiremos, como sociedad y como personas.
366 bandas sonoras editadas en los diez primeros años de MovieScore Media, casi todas están en la base de datos de nuestra web. Mikael Carlsson es músico, es compositor, es productor musical y de conciertos y es un hombre de extraordinaria sensibilidad y tacto que siempre ha apostado fuerte por dar empuje a nombres poco conocidos: parte de sus mejores ediciones se corresponden a autores que no tienen bandas sonoras lanzadas comercialmente con otro sello discográfico y que, por tanto, si existen en el mercado es gracias a su apoyo. Otra parte de sus mejores ediciones se corresponde a títulos y compositores poco o nada conocidos, pero que se han dado a conocer gracias al aval del propio sello discográfico, aunque luego sí trabajen con otras discográficas.
Durante sus primeros años, MovieScore Media fue una garantía de calidad, y llegó a lograr que no fuera el sello discográfico el que se prestigiara gracias a sus compositores sino a la inversa: estos se prestigiaron gracias al sello. Carlsson logró con la credibilidad ganada que muchos aficionados accedieran a conocer nombres y obras que de otra manera serían completamente desconocidos. Ahora realmente ya no es así y, como todas las discográficas, edita cosas más interesantes y también menos interesantes. Nada hay de objetable en querer ampliar mercado: un sello discográfico es una empresa con vocación de beneficios, no una ONG. Pero aunque ese aura se haya podido perder, en parte, se mantiene incólume como una de las referencias más importantes en el mundo de las bandas sonoras.
De sus casi cuatrocientas bandas sonoras, veinticinco son españolas. No son pocas y su existencia ha prestado un gran servicio para internacionalizar a nuestros compositores y ponerlos en la consideración de aficionados de todo el mundo. Hay obviamente más sellos discográficos y más personas que se dedican a la extraordinaria labor de editar bandas sonoras en muchas ocasiones con pocas perspectivas de negocio, y tampoco es el único que financia la edición de bandas sonoras españolas, ni siquiera en el extranjero. Pero estos días celebra sus 10 primeros años con un volumen de obra hecha muy respetable, y porque vivimos en un mundo en el que algunos solo saben destruir es gratísimo y muy necesario recordar que también hay quienes, como Mikael Carlsson, construyen. En el mundo de las bandas sonoras este hombre sueco es uno de los más grandes constructores. Le deseo otros diez años y muchísimas bandas sonoras más.