Usuario: ignus
Fecha de publicación: 01.09.2014
En esta tercera entrega de la saga “World of Warcraft” (la preceden la originaria “World of Warcraft” de 2004 y “World of Warcraft: The Burning Crusade” de 2007) los compositores dan un paso adelante en lo que se refiere a la calidad musical, pues se va notando un mayor empleo de la música sinfónica, reservando los sintetizadores y orquesta virtual para fines más ambientales, de ahí que sea la parte menos interesante de la partitura aunque cumplan solventemente su función, la de recrear un entorno fantástico, con temas variados y bastantes momentos líricos. En lo que respecta a la música épica, que es sinfónica y coral, se aprecia una mayor ambición de los compositores por conseguir un mayor alcance épico y espectacular que en las anteriores entregas, evolucionando algunos de los temas centrales de la saga e incorporando otros nuevos. Como es costumbre en las bandas sonoras de “World of Warcraft”, la obra se abre con una gran pieza sinfónica y coral, a modo de gran obertura, que comienza con el tema principal de la saga y va resumiendo, en un crescendo muy espectacular, algunos elementos que encontraremos luego en el resto de la obra. Es una banda sonora muy estimable precisamente por la elaboración y contundencia de sus temas épicos (“Main Title”, “Arthas, My Son”, estos dos los únicos íntegramente grabados e interpretados por la Northwest Sinfonia Orchestra and Chorus, “The Culling”, “Rise of the Vrykull” o “Assault on New Avalon”) que le dan mucha categoría al conjunto, aunque existe mucho contraste con la música ambiental, hecha con sintetizadores y menos elaborada en general. Algo que se corregiría con creces en la siguiente entrega, la sublime “World of Warcraft: Cataclysm”.