A través de una máquina del tiempo, unos agentes terrícolas expliran el principal planeta de un sistema de 1000 mundos para descubrir si en el futuro sus habitantes representan un peligro para la Tierra. Lo que encuentran es un imperio en ruinas con la población lista para la revolución...
El compositor firma una imponente banda sonora sinfónica aplicada para el énfasis y sobre todo el divertimento. Es un festín musical estructurado de modo sencillo, que gira en derredor de un tema principal protagonista absoluto que arranca con un cariz desenfadado y hasta bufonesco, y que luego conoce algunas transformaciones con carácter dinámico y épico. Junto a este, temas secundarios que evocan (aunque solo es una referencia) al Williams galáctico, pero en clave de comedia desenfadada. Ese es el propósito, además de darle al conjunto de un filme excesivo y alocado una factura clásica que funcione por contraste.