Secuela de Trolls (16) en la que los protagonistas descubren que su tribu es solo una de las seis que existen, que el resto están repartidas en seis reinos y consagradas a seis tipos distintos de música: funk, country, tecno, clásica, pop y rock.
El compositor firma una creación que recorre los seis estilos musicales presentes en el argumento del filme pero sin lograr con ninguno de ellos nada reseñable. Es una banda sonora dispersa, apática, a la que le falta solidez no solo en su estructura sino especialmente en sus temas. Irrelevante.