Esta producción me ha supuesto una decepción bastante importante. No solo por el hecho de que el film posea un montaje atropellado en la que saltan de escenas a otras sin que el espectador se ubique del todo, pareciendo mas la adaptación de una novela que ha sufrido un tijeretazo que un guión original (como es este caso), sino por el poco interés que tienen sus creadores de que el espectador se implique en la cinta, pues a fin de cuentas, lo que cuenta carece del interés necesario para una película de semejante calibre, que busca la pasión en sus personajes por encima de todas las cosas...y precisamente es en la carencia de ésta donde la indiferencia ante lo que se ve se hace notar. Tres segmentos (aunque mas bien uno que ocupa toda la cinta) mal repartidos, en la que se pretende retratar el primer amor y en la que cuyas intenciones, son lo mas interesante de una película que provoca la indiferencia mas absoluta.

E indiferencia es lo mismo que provoca la banda sonora de Gregory Hetzel y Mike Hourtzer. La banda sonora durante la primera mitad de la película pretende acompañar las imágenes del film en todo momento, adoptando una pasión, que, al igual que en la cinta, resulta tan impostado que termina por crear todo lo contrario...la indiferencia. Si bien es cierto que en algunos segmentos, existe una opresión respecto a la música que encaja con algunos momentos de la misma (y que es cuando mejor funciona, en su primer segmento, mas propio de un thriller de espías), su uso resulta tan secundario, que su importancia o incluso utilidad resulta nimia. A medida que Tres recuerdos de mi Juventud avanza, la música adopta un tono mas pasional, con segmentos de cuerda que pretende realzar lo desgarros emocionales que sufren los protagonistas...y como tal, podría funcionar, pero como dije previamente, resulta tan impostada, y tan forzada la manera de abordarlo, que ni resulta orgánico ni resulta creíble con unos personajes que cambian de actitud de manera tan arbitraria. Es loable el esfuerzo (desde luego, no lo tenía fácil con semejante material), y se trata de una música que, seguramente en su escucha aislada resulte incluso elegante, pero las pretensiones de una y otra terminan ahogando película y música de manera desorbitada.

Así pues, Tres Recuerdos de mi Juventud se trata de una película y banda sonora cuyas pretensiones son tan elevadas que el resultado final dista mucho de ser la gran película que quiere ser (o que muchos espectadores están viendo) por intentar plasmar una vida juvenil que, pretende ser interesante, pero cuya manera de abordarla, precisamente consigue lo contrario...la mas absoluta indiferencia. Y cuando una película, que habla de temas emocionales y pasionales, durante dos prologandas horas, termina dejándote igual que como has empezado, las consecuencias arrastran a todo el equipo, incluyendo una banda sonora que, no pongo en duda que se trate de buena música, pero su función dentro de la película resulta tan secundario, que su importancia es nimia y apenas destacable en una producción, que ya de por sí, no es destacable...por mucho que sus autores intenten recalcar en todo momento lo importante que es, sin conseguirlo en ningún preciado instante.