La historia de Emmett Louis Till, el muchacho que fue violentamente asesinado por racismo, y la lucha de su madre, que buscó justicia.
Hermosa creación de amplio calado dramático y sensibilidad, nada edulcorada ni melodramática, que rinde tributo al muchacho salvajemente asesinado y al coraje de su madre, empeñada en que se haga justicia en un entorno profundamente racista. La música expresa el amor de una madre por su hijo, su horror, angustia, desesperación y su dignidad y fuerza.
Tras un comienzo apacible, que refleja la vida familiar, aparecen temas oscuros, tensos, que se aplican para avanzar los acontecimientos y enfatizar el peligro que acecha al muchacho, y esta música deriva, tras el crimen, en lo lúgubre y amargo. Pero la música, de alguna manera, renace de la muerte y cobra entereza y vida con la fuerza de la madre, momento en el que aparece el esplendoroso tema principal, que es el de ella y el de su empeño y que a partir de entonces se va desarrollando combinando el dolor con el amor por el hijo y la absoluta convicción de ella de que debe luchar contra viento y tempestades por hacerle justicia. Es en este aspecto en el que el compositor eleva a los máximos la significación de la música.