El vigor y la sutileza de la que siempre hizo gala el compositor se evidencia en esta partitura, donde un exquisito tema principal evocador y dramático expone un cuidado sentido de nostalgia entremezclado con optimismo, a modo de expresión del conflicto interno del protagonista y de la importancia del reto que asume. Este tema, que conoce algunas transformaciones, es contestado por otros temas de considerable fortaleza, como referente del peligro, y temas aplicados para el suspense y la acción. Una obra muy elaborada, rica en matices, sólidamente estructurada y brillante en lo melódico. Se acompaña de breves suites de The Cassandra Crossing (77) y Ransom (75).