El magnate de un casino organiza un juego entre sus clientes más millonarios, que consiste en localizar un botín suculento, sin reglas.
Banda sonora que fue rechazada y reemplazada por otra de John Powell, probablemente porque los productores la consideraron demasiado anticuada en sus formas, a pesar de que el compositor aplicó una música sinfónica atemporal, intensa y viva, para acentuar la comedia en base a dinámicos y simpáticos temas. No es una creación singularmente destacable en la trayectoria de Bernstein, pero es estimable.