Secuela de Wreck-It Ralph (12) en la que Ralph y su compañera Vanellope von Schweetz viajan por las redes en busca de una pieza de repuesto que salve Sugar Rush.
El compositor mantiene la esencia de lo que escribiera para el anterior filme, y se supera a sí mismo. Vuelve a ser, como es obvio, una simpática creación que aprovecha las sonoridades características de los antiguos juegos de arcade, que son llevadas al terreno sinfónico y a partir de ahí desarrolladas en el ámbito de la comedia, la acción, lo sentimental y también lo ambiental. Es más amplia, más diversa, ciertamente también algo dispersa, pero un buen y necesario divertimento musical, muy bien hecho. Incluye dos canciones de Alan Menken.