Un dictador suramericano fallece y los servicios secretos localizan a un actor de extraordinario parecido físico para sustituirle.
El compositor contribuyó a cimentar lo satírico de la película con melodías en apariencia serias y formales, con uso de música folklórica, y que funcionaron por contraste frente a las disparatadas secuencias. Destacó su enérgico tema principal, muy rítmico.