Romántica y dramatizada versión de la vida de las hermanas Bronte y su familia, complicada por un triángulo amoroso.
Una de las últimas películas en las que trabajó el compositor y decidido declive profesional, que no artístico, de su trayectoria en el cine: harto de que la Warner le asignara los peores melodramas, no dudó en aborrecer públicamente este filme, lo que le valió una llamada al orden del estudio y aceleró su retirada del cine para dedicarse a su obra concertista. Pero el compositor tenía razón: el filme fue un enorme fracaso comercial y de crítica del que solo se salvó su música, una desbordante partitura romántica con los mejores ingredientes en la que el principal fallo fue la propia película.