30 de junio de 2013. Esta bso es la leche, y en la película se convierte en obra maestra, eleva las escenas a un nivel que por si solas no podrían alcanzar, como toda gran bso. Zimmer en esado puro.

Obra magna del genio aleman, hasta el fin del mundo es capaz de llegar este hombre con sus portentosas obras (algunas mas que otras) y en este score, Zimmer se saca uno de los trabajos mas increibles de su filmo, Zimmer los tienes grandes, un trabajo sinfonico de pura cepa, epico, maravilloso, emocional hasta decir basta. Una joya

Saludos para los antizimmer desde el fin del mundo, porque hasta allí es capaz Zimmer de llevar su magia

excelente composicion que nos muestra mas el drama de los protagonistas que el ambiente que se vive. Zimmer le da elegancia y sofisticacion al relato a diferencia de la primera PIRATES.el tema final y de amor estan bien trabajados. buen trabajo

Algo huele a podrido en la Perla Negra. Y quizás, para algunos también, en los estudios del señor Zimmer, aunque estos no estén en el fin del mundo precisamente… Lo que resulta asombroso, en sí, y despojándonos de toda conducta cínica, es el extraordinario resultado que el Maestro alcanza en esta ocasión. El score para la segunda entrega, comandado por el propio Zimmer, (si bien es cierto que con el tiempo se ha reconocido su mayor autoría también en la primera parte) era bueno, pero algo desenfadado y con pocos momentos de…magia. Sí, magia. Esa semilla nacida en toda gran bso. Ese algo ineludible para quienes amamos la música de este hombre y que no se haya, por supuesto, en todos sus trabajos; aunque éstoss sean notables. AT WORLD´S END es una obra maestra de Zimmer, y posee lo mejor de su talento, en términos de épica, lirismo y suspense. “At Wit´s End”, por ejemplo, es alucinante!! También la acción exótica de “Singapour”, la paranoia expuesta en “Multiple Jacks”, la épica embriagadora de “Up is Down”… y así hasta el final del disco, cuyo cierre musical (aproximadamente 25 minutos de puro éxtasis emocional) no hay palabras que lo describan. Se trata de una joya musical sublime, sí señor. Llena de sentimiento, fuerza y pasión. Uno de los imprescindibles del Maestro.