Durante su trayecto habitual de vuelta a casa en tren, un hombre comienza a hablar con una misteriosa pasajera. Pronto se verá envuelto en una conspiración criminal que amenaza con poner en peligro tanto su vida como la de su familia.
Que Roque Baños no es un compositor industrial es algo fehacientemente demostrado en su extensa carrera, y este filme es otra evidencia de ello: es la música de siempre, la esperable, que nada tiene de original. Pero bien hecha, con alma, esencia y categoría, donde a pesar de la aparatosidad (inevitable) hay sutileza y calidad. Siendo como es una película de acción non-stop, no hay mucho margen de maniobra para que la música pueda hacer algo más que enfatizar esa acción. El compositor aplica temas dramáticos, bellos, pero de imposible desarrollo y que finalmente acaban ahogados entre las músicas para el frenesí y la adrenalina, que es la que domina de modo absoluto los espacios de un modo que acaba siendo, por poco explicativo, algo saturante. Destaca su tema principal, notable aunque desaprovechado, que es de los pocos elementos realmente interesantes de una creación que, en cualquier caso, es el mejor elemento que conforma este filme de serie B que no ha estado interesado en otra cosa que en música funcional y efectiva.