Quince años después de la Segunda Guerra Mundial, un equipo de agentes secretos se reúne para rastrear a Adolf Eichmann, el infame arquitecto nazi del Holocausto, que había escapado de la justicia...
Un contundente y brillante tema, el principal, abre esta creación de género en la que el compositor muestra nuevamente su solvencia musical y narrativa. Esta melodía, que es impetuosa y frenética, enfatiza la importancia y trascendencia del objetivo a alcanzar, la captura del jerarca nazi, y la urgencia por conseguirlo. Su tono marcial referencia al ejército alemán y se extiende a otros temas que se aplican para el misterio y para lo dramático. Son tres los ejes sobre los que Desplat construye esta banda sonora: la acción (con música agitada, intensa), lo siniestro (aplicado sustancialmente sobre el personaje de Eichmann y con aires marciales) y la tragedia (con bellas y sentidas melodías, también corales). En su conjunto es una obra clásica, conservadora, con momentos muy brillantes aunque algo dispersa en su resultado final.