Un doctor secuestra hermosas muchachas y les arranca la piel del rostro para efectuar operaciones en el rostro desfigurado de su otrora bella hija, con el fin de devolverle la gracia primigenia. Pero las operaciones aún no son perfectas, y el rostro terso, paulatinamente, vuelve a degradarse, por lo que el profesor precisará matar una y otra vez…
El compositor contrastó en terror del filme con una música dulce, piadosa, casi compasiva, con la que en realidad estaba resaltando el patetismo del protagonista, no juzgándolo. Otros temas son más ambiguos, y fueron utilizados para redimensionar el caos mental del personaje. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Maurice Jarre: Ma période française (05).
Ágora: Las Mejores BSO