Una mujer se desplaza con su marido para visitar a su hermana, casi ciega por una enfermedad degenerativa, que ella también padece. Al llegar descubren que se ha suicidado y sospecha que algo extraño ha sucedido.
Partitura que el compositor desarrolla en tres niveles dramáticos: en primer lugar, un temario hostil para el entorno en el que la protagonista se ve abocada a desenvolverse y que añade nebulosidad al ambiente; en segundo lugar, una música también hostil, pero mucho más agresiva e intensa que se aplica a la mirada subjetiva del misterioso personaje que la acosa; finalmente, un bello tema de amor que une a la protagonista con su marido.
Los dos primeros niveles son eficientes y elaborados, pero no están suficientemente diferenciados, lo que contribuye a cierta confusión de intenciones. El tema principal -el romántico- va tomando cuerpo y forma a medida que transcurre el filme, hasta llegar a un final que es expansivo pero manteniendo una cuidada contención en su sentido liberador. Se trata en su conjunto de una creación más volcada en resoluciones concretas que en su vocación narrativa, y en este sentido acaba siendo algo insuficiente, aunque no en lo estrictamente musical.