A pesar de mis diferencias irreconciliables con la película, todo gracias a una horripilante dirección de Hooper, que cree que cortando cada 5 segundos y poniendo planos holandeses o primeros planos puede captar la grandeza de la historia que pretende contar, aunque temo decirlo que nunca logra ese cometido. Uno se pone a pensar que hubieran hechos leyendas de la talla de Minelli o Cukor y quizá en la era dorada de Hollywood hubieran logrado uno de los mejores musicales de la historia.

Bueno dicho esto la película en el apartado musical- cinematográfico cumple con creces aunque el enfoque naturalista de las voces funciona en algunos y desentona en otros con un Russell Crowe muy desentonado o una Hattaway que solo consigue que uno se irrite al ver al personaje sufrir, caso contrario de un Jackman inspirado, pero sobre todo la angelical voz de Seyfried y también las formidables voces de Redmayne y en especial de Barks que en su papel de Éponine logra cotas de dramatismo sublimes (injusta su omisión en los Oscars de ese año) por otra parte Baron Cohen y Boham Carten notables en sus desenfadados personajes siendo herederos del Sweeny Tood de Burton.

Pero igual de notable es el uso de los motivos cuando no están cantando ya que enfatizan las emociones sin la necesidad de la voz humana

Por último, en el apartado musical compuesto por Claude-Michel SchÖnberg, autor de la obra musical \"Los Miserables\" estrenada en 1980. Es la guinda de este espectáculo vibrante y emocional.