El compositor aplica para este documental una música que busca acompañar al futbolista en sus diferentes etapas vitales y profesionales, y su postura es muy protectora, paternalista y en momentos casi hasta hagiográfica, sin quiebro ni cuestionamiento: toda la música, incluso la en apariencia más delicada, conduce a ensalzar al personaje, pero el compositor no hace sino seguir las pautas del propio documental, si bien es cierto que el director utiliza la música precisamente para ese fin. En cualquier caso, al margen de estas consideraciones, es una creación no estructurada a la manera ortodoxa sino que sigue las pautas de la narración fílmica de principio a fin, evolucionando y creciendo con el devenir del personaje, en continuum, no aportando nuevas explicaciones sino matizando o aportando color a aquellas que se dan. Varios de sus momentos son de mero tránsito, otros son discretos pero tiene también espacio para el lucimiento con algunos temas de elegante belleza y énfasis.