Un campesino francés y su familia sufren las calamidades de una prolongada sequía y las presiones de un despiadado terrateniente que quiere comprarles la tierra. Para lograrlo, les anega un pozo de agua.
Parte de la banda sonora partió de "La forza del destino", de Giuseppe Verdi, que suena diegéticamente tocado con harmónica por el protagonista y en diversos pasajes incidentales. En lo que respecta a la composición original, se destacó por su belleza en la recreación del aparentemente idílico lugar y en su tema de amor, muy delicado. La parte dramática de la partitura se mantiene en esa línea plácida, pero más afligida. La película tiene una segunda parte, Manon des sources (86), también con música del compositor.