Un hombre despierta atado en un lugar extraño, donde se le informa que tiene dos opciones: ser torturado sin piedad durante cinco días a cambio de que su novia no sea asesinada.
Banda sonora de género en la que se aplica una música ambiental turbia e indefinida para generar un entorno claustrofóbico y asfixiante. En ese contexto, surge otra música, dramática y afligida, para resaltar las emociones de desesperanza y desolación del protagonista con respecto a su amada. Es sin embargo una creación muy desequilibrada con resultado poco sólido: la música ambiental del horror acaba por ser vacía y monótona, y es aplicada en la película con excesiva prontitud, no dejando que cale en el espectador sino que se le impone, lo que es contraproducente. Por el contrario, la música dramática sí es rica e interesante, y se destaca no solo por sus elementos emocionales sino narrativos: la compositora incluye referencias al paso inexorable del tiempo, lo que produce desazón y angustia.