Fantasía con la leyenda de un unicornio, un apuesto joven y una princesa, todos ellos representantes de la bondad y en lucha con el mal.
Banda sonora electrónica que sustituyó, en la distribución norteamericana del filme, a la prodigiosa creación de Jerry Goldsmith. Las intenciones, inexplicables e injustificables, fueron meramente comerciales. Y finalidades comerciales son las que sustentaron el trabajo del grupo musical, que de todos modos solventaron de modo más que decente el reto de recrear el entorno fantástico de la película.