Tras sufrir un accidente de tráfico, un hombre se involucra con la conductora del otro coche, a quien incordia telefónicamente. Pero un día conoce a su hermana, adolescente, y comienza con ella una relación singular.
Baños explota una vertiente intimista y apacible en una banda sonora que discurre de forma mansa a lo largo del metraje, con empleo destacado del piano, pero también del arpa, el violonchelo y el violín. Cabalga entre lo romántico y lo nostálgico, eludiendo ser demasiado explícito en ambos propósitos y manteniendo estable un similar tono de cariz evocativo. Destaca por un motivo principal que unifica el conjunto de la banda sonora. Se acompaña con la música del cortometraje Andeo (03).