El relato sobre el músico deformado que tutela a una joven para que cante su pieza maestra.
Última banda sonora compuesta por el compositor, fue la primera partitura sinfónica escrita para la película muda de 1925. Es una esplendorosa creación que gira en derredor de un tema principal para el protagonista y que enfatiza tanto su romanticismo como su obsesión y desesperación. Hay destacado empleo del órgano y amplia variedad de temas, entre los que se destacan música de ballet y temas dramáticos. El compositor murió cinco semanas antes del estreno mundial de la obra en el Barbican de Londres, en 1993.