Durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, un ingeniero se infiltra como espía en el MI6, servicio de inteligencia británico y entra en acción cuando la crisis de los misiles cubanos promete inclinar la balanza a favor del país soviético.
El compositor firma una creación que intenta abarcar diversos propósitos sin conseguir en ninguno de ellos una mínima solvencia. El género del thriller y del espionaje está presente en sus consideraciones pero adolece por una falta de rumbo en la dinámica de la música, más tendente a lo inmediato y lo secuencial que a elevar el filme o hacer trascender lo explicado. La falta de un tema principal solvente, la estructura dispersa, y un tono épico y dramático algo impostados acaban resultando en una banda sonora confusa, monótona y que convierte en aburrida una historia mucho más interesante que la música que pretende ayudar a explicarla.