Cuarta entrega de la saga de videojuegos. Tras el asesinato del emperador de Tamriel el jugador deberá encontrar al heredero perdido, el único que puede traer el equilibrio a un mundo sumido en el caos, donde unos portales interdimensionales dejan vía libre a criaturas y seres infernales venidos del plano oscuro conocido como Oblivion.
Reseña de Jesé Cabezas:
Sobresaliente composición mediante la cual se termina de dar forma a este universo de fantasía medieval. Priman las piezas eclécticas e intimistas en las que el compositor reluce bastante más que en su anterior aportación a la saga, consiguiendo una conjunción de melodías que van desde las de corte épico o para realzar la acción, hasta las más bellamente ambientales. En todas ellas con un sonido de sinfonía esplendido que tiene gran capacidad de sumersión, lo que hace que por separado la experiencia sea incluso tan buena o más que en el videojuego. Sin duda alguna es el fundamento desde el cual la siguiente entrega musical sea la obra magnífica que conocemos.
Una banda sonora que pone un listón muy alto en lo que a aportaciones al mundo de los videojuegos se refiere; una mágica composición que tiene sello y personalidad propios, y un autentico referente en esta industria que cada vez nos da mayores alegrías a los amantes de las bandas sonoras.