Un hombre atormentado adora a su esposa pero no consigue hacer el amor con ella, y alterna con prostitutas y acude a locales de intercambio de parejas. Pero en casa es todo perfecto...
El compositor aplica una música dramática y turbulenta para focalizarla en los quiebros personales del protagonista y generar un aire de moderada desolación a su alrededor. Hay un cierto contraste con partes más líricas, en un duelo musical que se lleva hasta el final. Se acompaña de Les deux amis (15).