Cuarta entrega de una saga de terror iniciada en Final Destination (00). Durante un circuito de carreras un terrible accidente hace que el estadio acabe derrumbándose. Un joven descubre que solo es una visión de algo que está a punto de suceder y con otras doce personas sale del recinto y escapa de la tragedia. Pero la Muerte regresa para llevarse a los supervivientes de una manera brutal.
El compositor saca provecho de las creaciones que Shirley Walker había aplicado en los tres filmes previos, con una partitura dinámica y percusiva, donde emplea orquesta y electrónica para realzar el frenesí de la acción y dar cierto tono caótico y también moderno. No va más allá de eso.