Banda sonora que se ha hecho rebuscando más en la librería musical que en la librería de la Historia, porque nada de lo que hay en ella guarda algún tipo de relación integrada con el importantísimo personaje ni con los hechos trascendentes que se relatan, más allá de momentos elegíacos que resultan impostados y banales, tan irrelevantes como los dramáticos. Esta es una creación apática, vacía, monótona y rutinaria. En la línea de lo que viene sucediendo con parte de la música del cine norteamericano en la estela zimmeriana, esta creación lo mismo valdría para Churchill que para Mussolini o para la historia de un chef francés.