Serie televisiva en torno al emperador español Carlos V.
A pesar del cartón-piedra de la serie y de sus diversas fallas, particularmente en el uso de la música, esta creación del compositor trasciende y es de una categoría y prestancia excelente. Su riqueza en temas, su estructura y el poder cautivador de la mayor parte de sus melodías, singularmente las corales, la convierten en probablemente la mejor banda sonora hecha para televisión en la carrera de su autor. Es radiante y bella en lo lírico, es elegante e imponente en lo ceremonioso y sutil y delicada en lo dramático. Pero inexcusablemente es en su aplicación donde debe ser valorada en máxima instancia, y es en este terreno donde todo se derrumba, por lo impostado, forzado e inadecuado que es su uso en la serie, que sufre del Wagner en la micción donde quiere darse permanente trascendencia a lugares que no lo merecen, imponiéndola en partes inadecuadas con el propósito de levantar una serie que no está a la altura.