BIOSHOCK es un videojuego muy especial. Recuerdo con cariño aquel otoño de 2007, cuando pude disfrutarlo por primera vez en mi PC. Y puedo decir que, al igual que a mis colegas, me cautivó para siempre. Una verdadera obra de arte inundada de la más absoluta genialidad en cada uno de sus frames virtuales. La historia de esta enigmática ciudad submarina, Rapture, aún me sigue provocando alguna que otra pesadilla. Porque, como miles de jugadores en este mundo, recorrí con fascinación sus tétricas entrañas y descubrí algunos de los misterios ocultos, me enfrenté a villanos dignos de ser temidos y combiné mi ingenio con las armas para salir vivo del entuerto. Una experiencia inolvidable para cualquier jugador. Es cierto que técnicamente le han pasado los años, pero eso es algo que está en la naturaleza de todas las cosas; pues lo que hoy es nuevo, mañana es viejo. En ese aspecto, también le han pasado los años a la primera STAR WARS del 77 y no por ello deja de ser un film apasionante de cabo a rabo. Es el avance de la tecnología que convierte, por su propia razón de ser, en antiguallas a todo lo que en su día fuera lo más puntero. Por esa razón jugar a un clásico como BIOSHOCK hoy (o ver la primera STAR WARS) produce cierta nostalgia y desde luego una enorme admiración. Porque BIOSHOCK envejece con nobleza, como las grandes obras de arte. ¿Visualmente algo anticuado? Puede. ¿Desfasado artísticamente? Para nada.

Garry Schyman compuso un score aterrador y mágico, con el dominio pleno de la orquesta y el protagonismo de un violín cargado de augurios. El resultado sobrecogía en muchos momentos; sobre todo en aquellos en los que las cosas se ponían feas de verdad en Rapture. En esas circunstancias, la música se revelaba como un aliado más y proporcionaba información vital para seguir avanzando. Los horrores, la perturbación, las emboscadas... todo estaba acompañado por unas melodías siniestras y fantasmagóricas que incrementaban la intensidad de cada momento hasta límites insospechados.

Creo que Schyman es un buen músico, muy competente, que aquí se esforzó para obtener una pieza sofisticada, elaborando para la ocasión un discurso musical pleno de virtud y de sentido. Es imposible recordar PSYCHO y no pensar en la música de Herrmann. O rememorar JAWS y no acordarse del score de Williams. Eso es lo que pasa también con BIOSHOCK. Porque la pieza de Schyman es parte fundamental del videojuego, su identidad.

En fin, esta es una banda sonora de las que dejan huella. Lástima que la edición de 2007 fuera tan rácana en cuanto a duración y selección de temas. Gracias a Dios, hace unos pocos años vio la luz un "complete score" sublime que reúne la totalidad de la partitura, y además con una calidad de sonido bastante estimable; pues son las grabaciones reales de la música y no un "rip" extraído del videojuego. Se agradece. Y aún se agradecería más que alguna discográfica lo editara en formato físico. Porque sí, yo soy de los que coleccionan discos y por ello me entristece que una perla como BIOSHOCK aún no cuente con la edición oficial que (por justicia) se merece. Hasta aquí por ahora, amigos de MundoBso. Y tened cuidado los que sobrevoléis el Atlántico. Dios no quiera que el avión caiga al mar, sobreviváis al accidente y encontréis la ciudad submarina de Rapture! Desde luego, si existiera, sería algo reservado sólo a los más valientes de la clase. Porque como videojuego es genial, pero vivirlo en la realidad sería espeluznante. Es la gracia de los videojuegos (y del cine, los cómics o la literatura, entre otras artes); poder vivir las experiencias más sobrecogedoras agazapado en la tranquilidad del hogar, sabiendo que nadie puede hacerte daño. Así sí que mola.