Un oficial de la inteligencia china viaja a París para una misión, y se ve involucrado en un complot.
El compositor ha editado la banda sonora de este filme en forma de extensa sinfonía a la que titula «Symphony for Isabelle». Pero el cambio de apariencia no mejora una partitura pretenciosa y tan vacía en ideas como llena de los recursos convencionales de la llamada música moderna. Peca principalmente por su falta total de coherencia melódica y, lo que es peor, por ser absolutamente soporífera.