En un pueblo del viejo oeste se dan cuenta que no tienen reservas de whisky para pasar el crudo invierno, por lo que encargan un cargamento con el preciado licor.
Dinámica partitura con la que el compositor abarcó tanto el sentido melódico propio del western como también de la comedia. El tema central, muy enérgico, es versionado instrumental y cantado, y acompaña toda la película. El romance se cubre con una sensible melodía, al igual que sucede con los indios y los soldados: para los primeros aplica tradicionales tambores nativos, en tanto que para los segundos una marcha militar americana.