Novena entrega de esta serie personal en la que explicamos sin orden de preferencia cuáles son, a juicio de Conrado Xalabarder, las mejores bandas sonoras de la Historia.

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9.- THE POWER OF THE DOG (Jane Campion, 2021). Música: Johnny Greenwood.

Me entusiasma esta banda sonora y no me la quito de la cabeza desde que la conocí. Me fascina lo que ví la primera vez y me fascina mucho más lo que encontré tras haberla estudiado: The Power of the Dog me parece una obra creada en molde único e irrepetible, pues nunca se había hecho nada parecido ni seguramente volverá a hacerse algo igual. Y lo afirmo confesando que no he escuchado absolutamente nada de la música fuera de la película, no tengo el más mínimo interés en hacerlo. Es uno de esos casos -afortunadamente no muy frecuentes, también hay que decirlo- en los que la música no tiene sentido alguno fuera de la película, que no está hecha para el placer auditivo sino para el placer visual, emocional y sobre todo intelectual, porque es música que existe solo para hacer existir a la película.

Lo diré una y mil veces: la buena música de cine no es aquella que tiene la mejor música, sino la que es útil a la película, y si una música buenísima es inútil (por la razón que sea: porque es confusa, por ejemplo) pues simple y llanamente no es buena música de cine. Me remito a lo que escribí en La buena música de cine para el desarrollo de este principio elemental. Curiosamente de Johnny Greenwood entusiasma más Phantom Thread (17) y de la directora, Jane Campion, se ensalza muchísimo más la banda sonora de su película The Piano (93), pero yo creo que ambas, precisamente ambas, no son buena música de cine: la banda sonora de Phantom Thread está mal cosida, y la de The Piano narrativamente desafinada. Mis argumentos (que no son la verdad suprema, sino mis argumentos) están expuestos en ambas fichas, en texto y en vídeo.

Musicalmente las dos son deliciosas, eso sí. Y musicalmente no encuentro nada reseñable en The Power of the Dog, pero es una obra de arte en el cuadro para el que fue creada y gracias a ella la película llega a sus máximos: es música decadente, muerta, patética, destruida, que refleja estupendamente la decadencia, muerte, patetismo y destrucción emocional de sus personajes. Es la creación más perversa, sádica, cruel y devastadora en años. Greenwood utiliza recursos mínimos para conseguir resultados máximos. No está hecha para gustar sino precisamente para disgustar, incomodar, hacer sentir mal a la audiencia porque pretende hacer sentir mal a los propios personajes, con la excepción de Peter, el perro del título, el lobo. Diré más: el maravilloso personaje de Rose Gordon se explica plenamente gracias a los golpes de pianola de lupanar que caen sobre ella, pero si por ser mucho mejor música se pusiera en su lugar una sonata para piano de Chopin, Rose Gordon entonces tendría algo bonito a su alrededor, habría esperanza para ella, allá donde lo único bonito y con esperanza es un marido que la ama profundamente pero que no tiene ni una sola nota de música que ofrecerle... y la música es lo que ella más adora.

Es solo uno de los enormes aciertos que ofrece esta joya de la cinematografía. El resto de sus virtudes ya están expuestos en el vídeo. Entiendo y comprendo que a la mayor parte de la afición no le guste esta música, aunque desconozco qué razones tienen para haberla querido escuchar fuera del filme. Lo que espero que se entienda y comprenda es que la música de cine no funciona solo con los parámetros estéticos o emocionales, que hay músicas sucias, feas, poco agradables, incómodas y hasta malas que, en cambio, cual patito feo se transforman en esplendorosos cisnes. Y este es uno de los más notables ejemplos en el cine contemporáneo que mantienen la música de cine en la categoría de arte.

Películas anteriores:

1. The Mission
2. Vertigo
3. The Omen
4. The Godfather
5. Close Encounters of the Third Kind
6. Two for the Road
7. Spellbound
8. A Passage to India