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¿ESTÁ JOHN BARRY SOBREVALORADO?

01/05/2019 | Por: Conrado Xalabarder | 8 comentarios
DEBATE

La pregunta que da título a este artículo seguramente herirá sensibilidades y también provocará algún enfado, así que lo mejor será entrar en el fondo del asunto y explicar por qué y sobre todo en qué creo que John Barry está sobrevalorado.

1.- La música de John Barry

No creo que exista aficionado a la música de cine que no tenga varias bandas sonoras suyas, y serán pocos a los que no les gusten y emocionen sus melodías. Pero si fuera el caso no habría nada que objetar pues sobre gustos nada hay escrito y sobre emociones no hay discusión posible. Un debate posible lo sería sobre la calidad intrínseca de su música, si es interesante o si es simple, si aporta algo o nada hay que estudiar o valorar en ella. ¿Está sobrevalorado John Barry como creador de emociones? Afirmarlo sería arrogante pues supondría desconsiderar las emociones generadas en el resto de la gente. ¿Está sobrevalorado como compositor de música, como escritor? Esta sí es una discusión que podría tener lugar entre musicólogos o entre músicos. Sobre Barry y sobre cualquier otro compositor. Pero yo no me voy a pronunciar sobre esto porque el territorio donde quiero argumentar su sobrevaloración es el cinematográfico. Cualquiera sabe que el destino de la música de un compositor de cine no es un CD o un concierto sino la película, que es la máxima razón de ser de su creación. Cuando se compone para el cine nada hay más importante que lo que sucede en el filme y obviarlo es un desprecio en toda regla a la creación del autor.

2.- La música de John Barry en el cine

Respetar a cualquier compositor que trabaje en el cine supone dar máxima relevancia a lo que genera en las películas, a lo que suma y aporta. La música en el cine no consiste en poner música en las películas sino en hacer algo útil con ella en la película y hacer que forme parte de un todo, en mayor o menor grado de implicación. Malo es que una música que sea prescindible e irrelevante y pocas cosas son mejores que hacer de ella un elemento fundamental e inseparable del resto de la película. El compositor de cine no es un anexo del filme, el compositor de cine es parte de la propia película.

En el cine hay tres destinos posibles de la música: el ambiental, el dramático y el narrativo. El primero sirve para acompañar o impulsar las escenas o generar ambientes y atmósferas (músicas para persecuciones o músicas jazzísticas en entornos jazzísticos, por ejemplo) El segundo destaca o focaliza una perspectiva, un tono, una emoción o un color (por ejemplo, sumar al romanticismo de la escena un punto de tristeza) Finalmente el tercero es aplicar un guion musical, que como tantas veces he explicado puede ser similar al literario, puede ser complementario o puede ser opuesto. Los tres destinos son compatibles y pueden tener espacio dentro de una misma película, pero evidentemente su relevancia es diferente: ¡no es lo mismo aderezar con música una escena que aportar una explicación con ella!

2.1.- John Barry ambiental

El grueso de sus trabajos en las películas de James Bond es con música ambiental, aunque no en su totalidad. Es música ambiental de primera categoría, y prueba de ello es que no hay compositor que le haya superado. Asimismo música ambiental para acompañar o impulsar las escenas o generar ambientes y atmósferas la hay en otros filmes de su larga trayectoria, en diferentes estilos, como sucede con la práctica totalidad de compositores que hacen cine. En este punto, no creo que Barry sea un autor sobrevalorado.

2.2.- John Barry dramático

Perspectivas, tonos, emociones o colores los hay en abundancia en su filmografía: en James Bond hay también muchísimos ejemplos de primer nivel, o la sensualidad de Body Heat (81) el romanticismo melancólico de Out of Africa (85) el dramático de Somewhere in Time (80) o el plácido de Robin & Marian (76) También el tono oscuro e incluso siniestro en momentos de The Lion in Winter (68) o el lirismo de Walkabaut (71) o de Dances with Wolves (90) En todos estos casos -y en muchísimos más- Barry contribuye a marcar la personalidad de las películas y a determinar el enfoque de cómo deben verse y entenderse los personajes o las historias, pues la banda sonora, en este ámbito, funciona mucho como una segunda cámara, la musical, que enfoca hacia un punto emocional o dramático determinado sobre el que quiere llamarse la atención del espectador, tal y como he explicado en otros artículos del Ágora. Trabajar en lo dramático no tiene que ver con ambientar, va mucho más allá y el compromiso es mayor porque muchísimo mayor es el riesgo de errar. Es una función primordial que asumen la mayor parte de los compositores y en este punto tampoco creo posible considerar a Barry un autor sobrevalorado.

2.3.- John Barry narrativo

Más allá de ambientar y de dramatizar está la capacidad de explicar, de relatar, de contar la película también desde la música, de aportar un guion musical. Barry es un creador de emociones pero no es realmente un narrador de historias en el cine, como sí lo son muchísimos otros compositores. Su música, por muy emotiva que sea, no explica nada que no esté ya evidenciado en el resto del filme, aunque sepa matizarlo y enfocarlo dramáticamente muy bien, como ya he comentado. Pero si buscamos bandas sonoras suyas que aporten más información de la que ya está expuesta en las escenas o en el conjunto del filme, no la encontraremos. Ni tampoco encontraremos, como sí en tantos otros compositores, una estructura musical con desarrollo y evolución, e implicación argumental, que es de lo que se trata principalmente el oficio del compositor cineasta.

John Barry no es narrativo, su música en el cine no forma relato ni explicación global con evolución o progreso. Estos son solo algunos de los capítulos de Lecciones de Música de Cine donde se exponen con suficiente claridad ejemplos de narración argumental desde la música, de guion musical, logrados por otros compositores:

  1. El tema de Briony en Atonement (07) (ver vídeo)
  2. El tema de Cómodo en Gladiator (00) (ver vídeo)
  3. El tema de la atracción en Close Encounters of the Third Kind (77) (ver vídeo)
  4. Los temas de Jill y de Frank en C'era una volta il west (68) (ver vídeo)
  5. El tema de Hippo y desdentado en How to Train Your Dragon (10) (ver vídeo)
  6. El tema de Satanás en The Omen (76) (ver vídeo)
  7. El tema de Michael Corleone en The Godfather (72) (ver vídeo)
  8. El tema de Adela Quested en A Passage to India (84) (ver vídeo)
  9. Los temas de Braveheart y William Wallace en Braveheart (95) (ver vídeo)
  10. El tema de la corporación en The Ghost Writer (10) (ver vídeo)

Aquí señalo diez, pero la casi totalidad de esta serie de Lecciones... está dedicada a mostrar y demostrar el poder narrativo de la música en el cine, que no consiste en ambientar ni en aportar perspectivas dramáticas, sino en explicarle algo a los espectadores que desaparecería en caso de quitar la música. Barry nunca estuvo en este cometido: lo que más se aproxima a un guion musical suyo es Somewere in Time, pero tal y como expuse en el vídeo que le dediqué en Lecciones... su música, intensamente dramática y hermosa, no va más allá de enfatizar y matizar lo que ya está expuesto en el resto filme, cumplimentando así (maravillosamente) con el punto 2.2. de este artículo. Y si examinamos las mencionadas Dances With Wolves, Out of Africa, Body Heat o King Kong (76) Hanover Street (79) o Frances (82) todas se sustentan en la repetición o variación de temas que se significan muchísimo en sus contextos, y que ambientan o aportan una gran perspectiva dramática, pero que explican realmente poco sobre lo que está sucediendo en personajes y película. Incluso en filmes como The Lion in Winter o Mary, Queen of Scots (71) la música no va más allá de lo básico en lo narrativo, pues se sustancian en la reiteración de sus temas musicales, sin desarrollo parejo a lo que acontece en el filme.

John Barry es un compositor dérmico, espléndido en ese cometido, pero no es narrador como sí lo son otros como Williams, Rózsa, Goldsmith, North, Waxman, Morricone, Shore, Zimmer, Desplat, Silvestri y tantos y tantos y tantos más. Basta con hacer comparaciones entre Barry y cualquiera de ellos o de muchos otros más. Si le llamo compositor dérmico no es en absoluto peyorativo, pues su música se acopla al resto de la película como una capa de piel, la oxigena y da colorido, así como emoción, pero no entra nunca en explicaciones adicionales realmente importantes, nunca está en la intrahistoria del filme aunque le dé tonos y matices espléndidos, y no es el único en hacerlo: tampoco creo que Lalo Schifrin, por ejemplo, sea cineasta. Y habrá que hablar de más grandes (repito: grandes) compositores cuyos límites son lo ambiental y lo dramático, pero que no se han significado en lo narrativo. Y volviendo a Barry, en el libro John Barry. De James Bond a la eternidad (Editorial Rosetta, 2017), del que hablé en este artículo, ni en los dos autores ni en las quince firmas invitadas a plasmar unas líneas al final hay una sola mención al cine que hay en su música: los autores corroboran así que, aunque enorme compositor, no fue un cineasta. Y hasta es factible que ni tan solo tuviera especial interés en serlo, como sucede con tantos otros que no viven el cine ni piensan en cine. Como compositor (punto 1) como músico de cine ambiental (punto 2.1) y como compositor dramático (punto 2.2) nada le objetaré, bien al contrario le tengo en gran consideración. Pero si se le compara con aquellos que sí han hecho narración y con ello cine total (punto 2.3) entonces sí debo afirmar que John Barry es un compositor sobrevalorado.

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Usuario: Ángel González
Fecha de publicación: 03.05.2019
Interesantísima reflexión sobre uno de los compositores de música para cine más laureados y reconocidos. En mi opinión la vertiente dramática es en la que ha destacado sobremanera, unida a una idea muy clara de la melodía, buscando la tonalidad y la sencillez (que no simplicidad) compositiva, especialmente en sus temas centrales. Y de ahí entiendo que viene ese mayor reconocimiento de la audiencia, ya no tanto en la actualidad como hace veinte, treinta o cuarenta años, especialmente recuerdo con dos grandes producciones de altísima repercusión crítica y de público, como fueron Out of Africa y Dances with wolves.

Yo no creo que haya sido un compositor especialmente narrativo, pero sí se me ocurren ejemplos (alguno ya se ha apuntado por otras personas). Eso sí, era un creador de atmósferas emocionales espléndidas, pero siempre he pensado que la evolución de los temas no era siempre adecuada: había mucho tema estático, repercutido de un modo que no transmitía una evolución de personajes (esta solía venir en el guión fílmico no tanto en el musical). Al menos esa es mi visión general, sin entrar en una valoración caso por caso, y siempre atendiendo a lo narrativo. La evolución de sus temas muchas veces consistía en hacer una especie de suites, donde aparecían distintos temas en su plenitud, casi como un collage y no tanto como una fusión de conceptos. Y digo esto pensando, por ejemplo, en la casi intocable Dances with wolves. Debo decir que es una banda sonora que adoro, que consideré perfecta durante mucho tiempo. Y lo sigo pensando a nivel emocional, pero no a nivel narrativo.

Pienso en el tema de John Dunbar, que abre la escena inicial con una trompeta que nos remite pronto al oeste y al ejército (con un tono entre marcial y elegíaco). John Dunbar era alguien que se veía ya casi sin vida, y de ahí esa magnífica escena inicial con el no menos magnífico desarrollo de Looks like a suicide, que sí creo que capta mucho mejor lo que es John Dunbar en ese momento. La siguiente aparición del tema principal, desarrollado fundamentalmente desde la sección de cuerdas (en la versión archiconocida que aparece en cientos de recopilaciones de adagios y similares), revestirá todo de una cierta melancolía y calma hermosísimas, especialmente visible cuando queda solo en su destino. El personaje se encuentra desamparado, no solo por la soledad del puesto al que es destinado, sino porque no sabe qué se encontrará ahí. Esas tribulaciones interiores de Dunbar, ese posible desasosiego ante lo desconocido, ante esa “nada” (o, al menos, ese lugar del que nada conoce hasta ese momento el protagonista) no las veo.

¿Querría transmitir que el destino de ese viaje, es el comienzo de su viaje de autoconocimiento y hacia la paz interior? Puede ser, pero quizás sería más adecuado narrativamente transmitir la progresiva transformación interior de John Dunbar hasta convertirse en Bailando con lobos. Esto es algo que pienso que podría hacerse a lo mejor simplemente transformando la trompeta inicial (metal) por las cuerdas, y haciéndolo de forma gradual hasta su transformación en Bailando con Lobos. El mismo tema podría ser de John Dunbar y de Bailando con Lobos, pero narrativamente podría ser interesante que esa transformación ocurriese musicalmente con ese tema principal.

En la práctica apenas recuerdo más variaciones, salvo cuando descubren la matanza de los búfalos, desollados, donde se retoma en clave menor y afligida el leitmotiv de John Dunbar / Bailando con lobos. Y aunque me parece fabulosa emocionalmente, no entiendo a qué viene esa transformación del tema. Hay situaciones que impactarán más a John Dunbar y no se le ofrecen variaciones emocionales del tema principal.

En cualquier caso, la música de Barry en Dances with wolves me parece espléndida, emcionante, emotiva, sobresaliente… pero narrativamente no implicada.
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Usuario: jewen (Jesé Cabezas)
Fecha de publicación: 03.05.2019
Conrado, entiendo por dónde van los tiros. Y aparentemente después de leer tu análisis he terminado casi convencido de que tu conclusión es cierta.
Pero…haciendo un poco de memoria:
¿Qué hace John Barry por ejemplo en Goldfinger?

En esta, la escena pre-créditos podríamos quitar los efectos de sonido y la música narra perfectamente lo que está pasando en la película. Y lo hace reconvirtiendo varias veces el tema de Bond para que narre lo que está pasando, y todo en apenas 2:30 minutos de película.
https://www.youtube.com/watch?v=NVg23yjKl1g

O por ejemplo con el tema principal de la película, el del villano Goldfinger.
Fíjate como en la famosa escena en que Oddjob mata con la pintura de oro, Barry se vale del tema del villano para narrar lo ocurrido. Pudiendo utilizar cualquier música que enfatice o ambiente el momento o la situación del homicidio, Barry utiliza una variante del tema del villano para decirle al espectador perspicaz que Goldfinger es el que está detrás de tal acto.
https://www.youtube.com/watch?v=Ca2-K6DJK4E

Y no estoy afirmando que Goldfinger sea su bso más narrativa, de hecho Barry “repite” patrones musicales a lo largo del film, no sé si por novato o por falta de conexión con lo que se está contando, pero si en una bso tan empapeladora como esta se ve que existe un Barry narrativo, ¿cómo puede ser que no exista un Barry narrativo en otras producciones de mucha más calidad cinematográfica que esta?

Habría que analizarlas con detenimiento, pero una sugerencia si me la permites Conrado:
Un Lecciones que tome una bso muy conocida y galardonada de Barry donde se detalle como su música no tiene guion musical.
Eso sin duda, sería mucho más explícito y directo que este Agora.
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Usuario: Mikel C.G Siw
Fecha de publicación: 02.05.2019
También son un poco ganas de tocar las pelotas, eh? jejeje... Conrado empieza diciendo algo así como que cada uno puede tener sus gustos. Eso es cierto, pero no es toda la verdad. Pues también hay mejores gustos que otros, no nos engañemos. No todos los gustos son iguales. Yo creo que alguien que escucha a Puccini tiene mejor gusto que el que escucha reguetón. Y eso es casi indiscutible. ¿Qué hay del bueno de John Barry? No pienso que esté sobrevalorado, para nada. A los que nos gusta (volviendo a los gustos) valoramos su legado y, bajo cualquier perspectiva juiciosa, sólo podemos fascinarnos ante la grandeza de un autor único. Quizás no fuera tan hábil narrador como otros colegas suyos, pero lo compensaba siempre con música intensa, bien construida, además de exhibir una sensibilidad arrolladora pocas veces oída en el cine. Admitir, al menos por mi parte, que está sobrevalorado, sería como decir que le quiero más de lo que se merece. De todas formas el propio término "sobrevalorado" puede conducir a engaño. Pues del mismo modo que cada uno tiene sus gustos, también es diferente el grado con el que cada cual valora los misterios de la música. Sé que Conrado es muy pragmático y que para él nada hay más importante que la aplicación narrativa de la partitura en la película. Y yo respeto y apoyo eso como el que más. Pero hay que recordar que quienes nos enamoramos de las bandas sonoras no sólo lo hacemos por su contribución en las películas. También están los discos, donde se profundiza más en el discurso y se perciben claramente sus virtudes puramente musicales. Desde ese punto de vista, los incontables momentos de placer que Barry me brinda con sus álbumes valen lo mismo (y si me apuráis, incluso más) que el nivel de sofisticación de su puesta en escena en la película. Eso sin olvidar que siempre se puede escuchar una banda sonora sin haber visto la película y disfrutar igualmente con ella. De hecho, tengo scores que me apasionan y que avivan mi asombro y sin embargo no tengo ni idea de cómo funcionan en la película... En fin, no creo que John Barry esté sobrevalorado. Simplemente ha dejado huella con su música y ha regalado sensaciones que ningún cinéfilo/melómano podría olvidar. Eso, unido al talento innato de la gente para admirar a otros congéneres, ha situado a John Barry donde honestamente creo que se merece; en los altares de la inmortalidad.
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RESPUESTAS A ESTE COMENTARIO
Usuario: dj barrydange
Fecha de publicación: 03.05.2019
Este comentario es cierto, yo cuando comento que soy fan de John Barry, la gente me mira de forma extraña y es que su música te traslada a vivir emociones únicas.

Enumerar una lista con los mejores momentos del maestro se me hace imposible.
Pero sin duda, para mi es un grande y siempre lo será y como comentas, siempre estará en el altar de la inmortalidad.
Responder
Usuario: Lucas Abad
Fecha de publicación: 03.05.2019
Mikel: Yo creo que hay que ser un poco cuidadoso con eso de que "hay mejores gustos que otros, no nos engañemos" porque podemos acabar en "los míos son los mejores". ¿Y por qué a alguien no le ha de gustar el reguetón? A lo mejor por la razón que sea no le gusta la música y solo esa en particular. Y si estrechamos los extremos, entonces habrá problemas. Como Conrado pienso que sobre gustos no se discute.

Yo he leído con suma atención dos veces el artículo y espero que haya muchos más así, porque nos invitan a todos a meditar, y porque además nos dan perspectivas que algunos, al menos yo, no habíamos pensado.

A mí me encanta Barry, pero ciertamente más en lo emocional (la música) y lo dramático (ese color tristón que le añade a las peliculas) pero es que realmente no iba más allá, ¡no me imagino a Barry haciendo La Profecía pero sí a Goldsmith haciendo Bailando con lobos!

Yo creo que lo que se viene a decir es que si ponemos a la misma altura Barry y Goldsmith o Barry y Herrmann estamos siendo injustos con Goldsmith y Herrmann. Y aunque duela, es verdad que es injusto.
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Usuario: Mikel C.G Siw
Fecha de publicación: 11.05.2019
Apreciado Lucas; comprendo tu punto de vista con respecto a Barry y la verdad es que no podría estar en desacuerdo. Porque por muy emotivas e inspiradoras que sean las piezas de este compositor, el flujo de su discurso musical es bastante simple, las cosas lo que son. Lo que no comparto es eso de que sobre gustos no se puede opinar. Conrado y tú parecéis ser muy pulcros al respecto, pero recordad que no admitir la lógica de las circunstancias es casi como mentir. Buen y mal gusto ha habido y habrá siempre. Hay buen y mal gusto para las chicas, los coches, la comida... y para todo lo que se os ocurra. En ese aspecto, hablar de mejores o peores gustos musicales no creo que implique ofender a nadie. Simplemente es una realidad certera. Otra cosa es que algunos de los que escuchan bazofias son demasiado arrogantes para admitir que su gusto es nefasto, y es ahí donde puede surgir la bronca. Yo no he dicho ni diré jamás que mis gustos son los mejores, si bien creo honestamente que son más que saludables, y desde luego muy superiores a los de todos estos chimpancés calvos que escuchan abominaciones. Pues si la buena música fueran rosas, esta gente no reconocería el olor ni aunque estuviera bañándose en ellas. Mi respeto y mi amor lo tendrán siempre, pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre; y si oyen mierdas, pues oyen mierdas. Puede que, por simpatía, nunca les diga lo que pienso de sus gustos. Del mismo modo que no le diría a un amigo que su última novia es más fea que una liebre tuerta. Además, en ocasiones no hay ni que decir nada. Los gustos hablan por sí solos.
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Usuario: Juan Manuel Alcocer Sánchez
Fecha de publicación: 02.05.2019
Después de leer tu artículo y verlo desde ese punto de vista tengo que darte la razón. Es así, pero no solo pasa con Barry y tampoco le resta genialidad. También creo que todo es extrapolable o más bien, da como resultado la sobredimensión de los compositores. Tal y como te dije previo a leer el artículo.
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Usuario: dj barrydange
Fecha de publicación: 02.05.2019
Como buen Barryniano que soy, este artículo me deja un cierto sabor agridulce.

Quizás no es el más narrativo de todos como indicas. Pero sus músicas sobre todo en Somewhere in Time, llevan al espectador a un lugar único y en que viven nuestros sueños.
Sus bandas sonoras, tienen una melancolía única e incluso en su último trabajo para la gran pantalla "Enigma" supo dar un toque único.

Para mi siempre será el mas grande y dejaría el tema de News Of Hetty's Death/Smile, en la retina. Chaplin creo que es el film donde se producen los tres estados del maestro y este tema es una de las mayores perfecciones de este gran compositor.
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