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EL OTRO COLECCIONISMO

22/02/2021 | Por: Conrado Xalabarder | 2 comentarios
DEBATE

Durante mucho tiempo la consulta más frecuente que llegaba a MundoBSO era dónde se podía descargar gratuitamente tal o cuál banda sonora; durante mucho tiempo, la protesta más usual que nos llegaba era que no había enlaces para la descarga gratuita. Esto fue así durante años, pero desde hace bastante no recibimos ni una sola pregunta y ni una sola queja al respecto: la práctica totalidad de la gente ya sabe dónde encontrar la banda sonora que se quiere descargar. No son pocas las veces que ya están disponibles el mismo día del lanzamiento o incluso días antes de que vean la luz. No se libra ningún sello discográfico, todos están al alcance con solo acceder a las webs o programas que las regalan para poder recogerlas sin pagar un solo céntimo.

Y porque se puede hacer con facilidad en la mayor parte del mundo se trata de encontrar el modo de paliar el daño que produce. Precios más asequibles o libretos con fotos o textos explicativos no son reclamos de mucho peso para captar clientes entre quienes descargan gratuitamente y no se puede depender ad aeternum de la lealtad del coleccionista que gusta de comprarlas porque cada vez son menos y de más edad. Frente a ellos son muchos más y más jóvenes los otros coleccionistas, quienes en apenas 10 minutos pueden tener en su archivo cuarenta o cincuenta bandas sonoras que a los primeros tanto tiempo y dinero les cuesta conseguir. ¿Habrá algún modo de convencer a los coleccionistas por descarga ilegal que paguen por lo que adquieren? Francamente, parece imposible: incluso en el supuesto que se ponga freno a la práctica, habrá modo de compartir esas bandas sonoras a través de foros, de grupos...

En mis tiempos adolescentes y la gente de mi generación nos grabábamos las bandas sonoras en cassettes o más tarde en CD vírgenes y las compartíamos. Era natural hacerlo, y así nos formamos muchos en el coleccionismo de bandas sonoras. La descarga ilegal o, en el caso de que pudiera detenerse, el compartir archivos de otros modos parece imparable y además tiene un aspecto atractivo y atrayente: hacerse con una gran colección de bandas sonoras ayuda a ampliar conocimiento y ensanchar la afición, pues en principio la gente descarga aquello que le gusta o incluso le apasiona, y siempre querrá tener más. Es exactamente igual que cuando grabábamos las bandas sonoras en cassettes. Asumamos así que una explicación del ingente crecimiento de gente apasionada por la música de cine está también en la descarga ilegal, pues la gente ha podido hacerse con discografías completas de compositores que, de otro modo, hubieran tardado años en conseguir y abonando una importante cantidad de dinero.

Aparte de que no sirve de nada sermonear porque además tendría algo de hipócrita, no creo válido el símil de entrar en una panadería y llevarse el pan sin pagarlo, en primer lugar porque el 99% de los que descargan ilegalmente no entran en una panadería a llevarse el pan sin pagar, pero sobre todo y ante todo porque ese 99% comprende el daño que ocasionarían al panadero en tanto desconocen el que causan al productor discográfico y al compositor. Y aún así no sirve de nada sermonear: ya cobran por trabajar en las películas, tienen royalties por la taquilla, las entradas de los conciertos, y un etcétera largo de justificaciones no del todo justificadas.

Este artículo explica las penosas remuneraciones a los compositores en plataformas como Spotify, YouTube, etc: Spotify abona a cada artista, de media, un dólar por cada 229 escuchas; menos que Tidal (un dólar por 80 escuchas), Apple Music (136) o Deezer (156), pero más que YouTube, donde se requieren 1.449 escuchas para percibir ese dólar. Es verdad que la disponibilidad que puede ser gratuita de las bandas sonoras en streaming ha podido hacer bajar considerablemente las descargas ilegales, pues no es poca la gente que se conforma con tener esas bandas sonoras accesibles. Pero para los bolsillos de los autores no hay apenas cambio: sí, la música puede escucharse legalmente pero los ingresos para esos autores son prácticamente inexistentes.

Editar una banda sonora no consiste solo en meter la música en un CD y venderla. Los menos profesionales lo hacen así, pero en un extremo completamente opuesto hay emprendedores suicidas como James Fitzpatrick o José María Benítez que -no se sabe bien cómo sobreviven en el proceso- logran convocar a una orquesta, director de la misma, técnicos y un largo etcétera para grabar íntegramente y a máxima calidad bandas sonoras como las de King of Kings (61) o Endless Night (71)... que el otro coleccionismo puede conseguir fácil y rápidamente dejando sin lo que les corresponde a todos los que han invertido su tiempo y su dinero. Sí, la descarga ilegal ha multiplicado la cantidad de aficionados y coleccionistas, pero no es menos cierto que podemos acabar en el precipicio del no queda nada para coleccionar. Son las dos caras de una misma moneda.

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Usuario: Joseba Blanco
Fecha de publicación: 25.02.2021
Estupendo artículo. Yo me he descargado hasta la banda sonora que ilustra la portada. Me encantaría poder ser "coleccionista de pago" pero vivo con dos realidades, antagónicas: no tengo dinero y me apasionan las bandas sonoras. Y esas dos realidades las puedo compatibilizar gracias a las descargas. Tambien aprovecho el streaming, pero me gusta tener las bandas sonoras, no me interesan nada ni los libretos ni las cajas, para información ya tengo internet y para opinión MundoBSO, me interesa solo la música
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Usuario: Sir Magus
Fecha de publicación: 24.02.2021
Me ha gustado leerte Conrado, soy nuevo en Mundobso, (de hecho me he registrado sólo por contestar a tu mensaje) y también soy nuevo en esto de las bandas sonoras, al menos en lo que a cine se refiere, como mi avatar y nick delatan, "provengo" de otro hobby, los video juegos, dónde sí he sido desde siempre aficionado a las OSTS...

Me gustaría plasmar mi opinión como neófito en el tema de la compra de bandas sonoras de cine.

Que conste en acta que suscribo y comparto casi la totalidad de tu exposición, yo no voy a ir de purista, y no voy a ser hipócrita, escondido tras un nick es fácil decir yo soy legal, esto no lo hago, yo soy esto o lo otro, yo reconozco que, al igual que muchos, he descargado bandas sonoras, no hay excusa, lo he hecho y punto, no es algo de lo que estar orgulloso, sobre todo cuando uno entiende y comprende como funciona esto, mas aún amando el cine.

En mi caso, y no quiero que suene a excusa, porque fue deliberadamente, fue porque, habiendo empezado hace escasamente 2 años en esto de comprar bandas sonoras, mucho de lo que me gustaría poder comprar está descatalogado en las propias webs oficiales, hablo de sitios como Intrada, La la land records, etc...

Viendo además que, después de esperar mucho tiempo no había reposición, y viendo los precios super especulados en otras tiendas, no digamos ya en ebay, pues me tiré a por lo fácil, aunque en mi favor he de decir, que años después algunas de ellas (no todas corrieron esa suerte) fueron por suerte reeditadas, y las compré originales.

Efectivamente hay otro coleccionismo, en mi opinión también está el digital legal, que no debería de estar reñido con el físico, es una opción más, que reporta también dinero al sector y a los artistas, yo no me considero coleccionista, me encanta la música y aunque comprendo perfectamente al coleccionista de toda la vida, que compra en físico porque le gusta tener una caja, un libreto y unos discos serigrafiados, y el hecho de mirar una estantería llena de CD´s que le gustan, yo prefiero lo digital, legal, en igualdad de condiciones, en mi caso, pudiendo elegir una banda sonora en físico o en digital, me tiro a por la digital legal, no estoy suscrito a ningún servicio de streaming de música, sin embargo sí que compro en stores digitales como HDTracks, qobuz o Prostudiomasters, sobre todo en Hi-Res para aprovechar al máximo mi DAC y mis auriculares de alta gama, prefiero pagar por un álbum digital antes que por una suscripción, soy así de raro.

También compro en físico aquellas OSTS que de momento (y creo que nunca lo harán) no salen en digital, es decir, aquellas expandidas como las que venden en Quartet Records, La la land, etc... Aunque luego las acabo pasando a flac, y el CD, va al trastero, porque a mi lo que me gusta es la música, el libreto lo leo una sola vez, como curiosidad, pero a día de hoy con internet para poder informarse en sitios como Mundobso, el libreto a mí, me sobra.

Me estoy enrollando y no sé si voy a saber expresar lo que quiero decir, que es lo siguiente:

Efectivamente las descargas digitales ilegales han hecho mucho daño, mas allá de los que no tenían interés alguno en comprar un disco aunque este costase 2€, el peligro está en aquellos que sí que compran discos pero los bajan por ahorrarse el dinero, ese es el perfil mas dañino, pero a dónde voy es que, también existe el formato digital, legal, y que cada vez mas gente compramos en digital, que es inmediato, sin aduanas de por medio, y en muchos casos con una calidad de sonido superior a la del CD, yo estoy literalmente alucinando con el Hi-Res, ayer compré Conan en 192khz/24 bit y es apabullante, mejora mucho su homóloga en CD.

Comprendo y por supuesto respeto a los que gusten de coleccionar en físico, yo mismo sigo comprando físico, pero me decanto por el digital, aunque eso suponga la muerte del formato físico, que ojo, no la deseo, ojalá pudiesen convivir ambas opciones para siempre, pero yo me decanto por el digital, creo que es mejor que haya una migración a lo digital legal, a que desapareciese el mercado de las bandas sonoras.

Espero que nadie se sienta ofendido, no era esa mi intención, solo quería dar mi punto de vista, si alguien que haya leído esto se ha podido sentir ofendido, le pido disculpas, no era esa mi intención, y será que no he sabido expresarme, lo siento.

Un saludo a todos, y que esto no se acabe nunca.

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