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CRÓNICA DE MOSMA 2019 (II): YASUNORI MITSUDA Y THIS IS US/COBRA KAI

09/07/2019 | Por: Conrado Xalabarder
CRONICAS

Crónica de Ignacio Marqués Cuadra y Mario Pons Sansegundo

  1. Parte 1: Introducción y Roque Baños
  2. Parte 2: Yasunori Mitsuda y This Is Us/Cobra Kai
  3. Parte 3: Sin fin y jóvenes maestros
  4. Parte 4: Robert Folk
  5. Parte 5: John Debney

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  • Coloquios (por I.Marqués Cuadra)

La mañana siguiente al concierto inaugural comenzaron en el Salón Rossini del Teatro Cervantes los encuentros con los compositores, todos conducidos por Isabel Vázquez y enfocados de la misma manera que en ediciones anteriores: un repaso más o menos lineal a la carrera del compositor con preguntas y, al final, el público hace sus preguntas. En este caso, la fórmula ha resultado óptima con los compositores que aún no tienen una muy extensa carrera pero no ha tenido demasiado interés con aquellos que no necesitaban presentaciones. Solo en algunos casos, también cabría criticar el excesivo espacio dedicado a las anécdotas profesionales o a las preguntas de índole puramente musical en detrimento de todo lo que se podría haber explicado sobre creación cinematográfica. Esto ha sido también comentado por Conrado Xalabarder en el editorial Compositores sin aprovechar.

El primer encuentro (al que asistieron unas 25 personas) fue una cálida charla con Roque Baños en la que, además de contar cómo fue su primer acercamiento a la música, explicó que el director con el que más ha disfrutado trabajando es Álex de la Iglesia y cuya relación describió como con la de una novia. También contó cómo llegó de rebote a algunos grandes proyectos como Alatriste (06), reemplazando a Howard Shore, y que tuvo que renunciar a escribir la música para El espinazo del Diablo (01) aunque luego Guillermo del Toro le ofrecería colaborar en un videojuego (Insane) que finalmente fue cancelado. Baños reconoció que fue este proyecto el que le empujó a mudarse a Los Angeles. Por último, comentó que tiene dos maneras de componer: una es realizando una suite larga a partir del guion, que luego desglosa cuando la película ya está montada (aunque reconoció que no siempre le funciona), y la otra es directamente con la película delante.

En el segundo encuentro, Sergio de la Puente y el director José Esteban Alenda protagonizaron una charla dinámica en la que sí se habló mucho de cine, de cómo buscaron un lenguaje y utilizaron la música en ciertos proyectos con alguna finalidad dramática o narrativa. Explicaron que han trabajado juntos en todas las películas salvo una (De la Puente bromeaba con que precisamente es la que ganó el Goya) y que desde una fase muy temprana de cada producción ya están pensando en la música. También que aprendieron mucho a trabajar en equipo y madurar profesionalmente realizando cortos, y el compositor habó de las diferencias cuando trabaja con otros directores como Raúl García (que estaba presente en la sala). Quizá debió haberse aprovechado mejor la oportunidad de que al día siguiente se iba a proyectar Sin Fin (18), con la música interpretada en vivo, y que en esta charla hubiesen explicado más a fondo todo lo que trataron de construir en la película mediante la música.

  • Conciertos (por M.Pons Sansegundo)

Tras los encuentros matinales, llegó la hora de escuchar a uno de los grandes maestros de bandas sonoras en Oriente: Yasunori Mitsuda, en la Sala Unicaja de Conciertos Maria Cristina, cuya acústica resulta bastante pobre para el tipo de concierto que se ofrece. El que para el concierto se usara solo un ensemble formado por cuerdas, maderas, percusión y varios samplers pre-grabados hizo que la música no sonara de manera desastrosa, estrategia utilizada también el anterior año con el concierto de Jeff Russo y Jeff Beal, que no necesitaron de una orquesta sinfónica de gran tamaño, además de que el espacio del escenario es demasiado pequeño. Para más inri hay que indicar que la visibilidad para el público, en especial la parte trasera de la sala, es casi nula, por lo que la gente interesada en contemplar cómo puede funcionar un concierto de esta magnitud lo tiene realmente complicado.

Al magen de estos problemas, cuyas soluciones son limitadas pues no siempre se puede recurrir al Teatro Cervantes o a la Orquesta Sinfónica de Málaga, el concierto fue bastante enternecedor y tuvo un gran acierto en su hacer: hubo muchísima humildad y naturalidad en el evento, resultando así un concierto muy acogedor. Gran parte se debe al propio compositor Mitsuda, quién quedó sorprendido ante tanta unanimidad al alabarle y a una sorprendente directora de orquesta, que entra ya en el punto de mira de las grandes futuras colaboraciones con el festival: Isabel Rubio, que amenizó el concierto de manera asombrosa y cuya amabilidad y naturalidad hizo que el compositor japonés se sintiera como en casa y extremadamente agradecido con el evento. Además, el público estaba muy entregado y fue el único concierto que agotó sus entradas tan solo unas pocas semanas después de que se anunciara, lo que demuestra que los compositores asiáticos, y en especial de videojuegos, tienen mucho que ofrecer y merecen una atención especial, algo muy atrevido que se agradece a la organización del MOSMA y en particular, al maravilloso y apasionado Juan Ramón Hernández.

Desgraciadamente, Mitsuda tuvo una lesión de última hora que le impidió tocar la guitarra durante el concierto, lo que hubiera elevado muchísimo el nivel de un evento que estuvo dividido en tres partes, con música de tres sagas muy queridas por los fanáticos de los videojuegos: Chrono Cross, Xenogears y Xenosaga. Es una lástima que la duración del concierto fuera tan breve y el local tan mediocre pues de lo contrario Mitsuda habría podido ofrecer mucho más espectáculo.

Y para espectáculo, el evento compartido entre Siddharta Khosla para la serie de televisión This is Us (16) y Leo Birenberg y Zach Robinson para Cobra Kai (18), que fue una sorpresa para todo el público asistente en el Recinto Eduardo Ocón, un concierto al aire libre con una química entre ambas partes espectacular y pocas veces vistas en el festival: el evento tuvo una personalidad única, al igual que las composiciones de sus respectivos compositores y la impresionante química y naturalidad que tuvo el concierto fue debida al entregado público y a la capacidad, por parte de los tres compositores y los músicos que les acompañaban, de generar una gran fiesta creando un espectáculo vistoso y divertido y no tanto un concierto de música de cine o series ortodoxo. Sin embargo, a pesar del gran show, los tres explicaban aspectos de sus métodos de composición y de qué partes de las series tenían la música que iban a tocar. Siddharta Khosla, en especial, tenía una capacidad soberbia para empatizar con el público, transmitiendo nostalgia y ternura a base de experiencias personales propias y fases narrativas de la serie This is Us, vendiendo la serie de manera magistral y explicando el porqué de algunos de los temas que había compuesto, como el de uno de los personajes de la serie.

Por otra parte, los compositores de Cobra Kai fueron muy divertidos durante el concierto, invitando incluso a algunos asistentes a bailar delante del escenario y explicando aspectos de la serie y qué tipos de música utilizaban y el porqué. Como el concierto de Baños, la estrategia era dar mayor publicidad al festival, algo que están consiguiendo poco a poco pues los conciertos tuvieron bastante más cantidad de gente que en las anteriores ediciones.

Hasta ahora los conciertos, aunque con acústicas pobres, se presentaron como eventos muy atrevidos, diferentes y acertados para generar interés por la música de cine, series y videojuegos, lo que da a entender cuál es el objetivo del festival. Con humildad, empatía, naturalidad y publicidad, la organización del MOSMA consigue que cada vez haya más asistentes en el festival y también deja acceder a varias generaciones de personas en el mismo. Un final festivo para el segundo día.

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